LA EDUCACION CORPORAL,
UNA ACERCAMIENTO DESDE PERSPECTIVA
CRÍTICA.
Por: Mónica Lindo[1].
grupo de investigación CEDINEP
(Ponencia realizada en el II encuentro de investigación en Danza, realizado en Bogota .agosto 2013)
La
educación corporal se constituye en un acervo de saberes, conocimientos y
prácticas relacionadas con las acciones motoras de los seres humanos que, al
ser convertida en un propósito formativo, determina la calidad de las producciones
motoras de los individuos en una relación integral al considerar la mente y el
cuerpo como unidad que se complementa.
Si
bien A. Acuña (2004) expresa que la cultura es el principal atributo de la
especie humana y el proceso proyectivo de formas y significados, es el cuerpo y
su relación con el mundo quienes en una
dinámica indisociable, dan sentido a la realidad. Sin embargo una definición de
“cuerpo”, siempre converge en los tradicionales conceptos desde la
antropología, sociología o lingüística que conllevan a una comprensión de que
el cuerpo humano es el parámetro de cada complejo cultural y que tiene
múltiples visiones determinadas por la
forma como se asumen aspectos como el poder, los medios masivos de
comunicación, el consumismo, las políticas y los sistemas de gobierno.
M.
Foucault (1.984) hace referencia a una “disciplina
corporal que se impone desde distintas instituciones: militares, medicas,
escolares, o industriales, al objeto de conseguir un mayor dominio sobre los
individuos”, lo cual si se analiza detenidamente converge o devela un tipo
de concepción de la realidad y por ende de intereses que iluminan las acciones.
J.M. Brohm (1.982) al afirmar que la lógica
del cuerpo es la del rendimiento, observando en algunas prácticas corporales,
formas de alienación, también evidencia una postura epistémica de la educación
corporal que podría enmarcarse en el materialismo histórico.
Antes de
abordar la relación educación corporal y teoría critica, es importante
reconocer la evolución que ha tenido la concepción del concepto “Cuerpo”, a
través de los tiempos, en este sentido, la historia del cuerpo visto desde el
ámbito de lo cultural, ha estado ligada a la evolución misma de las
civilizaciones, por ser tributario de condiciones materiales y culturales que
configuran las identidades de los pueblos lo largo de los siglos. Una biografía
que evidencia todo tipo de situaciones y drásticas transformaciones propiciadas
por la humanidad que actúa a la luz de intereses que guían sus acciones. Un cuerpo
histórico sumido en una paleta de múltiples intencionalidades, que van desde la
pasividad y naturaleza que cimenta su propia existencia, en contraste con un
cuerpo estéticamente artificial y sumido en el estrés de la modernidad. Extremos que han permitido comprender el
papel del cuerpo en las culturas y en las distintas épocas.
El cuerpo y la antigüedad
Los
historiadores se refieren a una antigüedad que involucra las primeras
civilizaciones (Egipcia, Griega y Romana), reconocidas por los famosos eventos
festivos, (Las Lupercales, Saturnales y
Bacanales), sobresalientes por el tributo a la carne, a la sexualidad, a un
cuerpo libre, impregnado de emociones relacionadas consigo mismo y los dioses.
Un cuerpo lleno de excesos, pero también
un cuerpo influenciado por las fuerzas ocultas, los amuletos, los dioses, los
planetas. Un cuerpo temeroso de los seres supremos. Un cuerpo recatado, de una mujer que procrea y que no
tiene derechos, ni participación en la vida política, en contraste a un cuerpo
de hombre preparado para la guerra, para los deportes, para la filosofía, la
poesía y las ciencias. Un cuerpo que se representa en la danza.
En el cristianismo se habla de
un cuerpo reprimido, debido tal vez, a las diversas y controvertidas
interpretaciones de las sagradas escrituras y con ella la idea de que al danzar
no se está alabando a dios alguno, porque la danza es, en sí mismo un
instrumento que propicia el placer y disfrute individual, lo cual resultaba egoísta y alejado de toda
veneración a los seres supremos, convirtiéndose
en un “insulto” para los dioses, que esperaban ofrendas sagradas y no el
desborde de placeres personales. La danza es desterrada de las iglesias, de las
celebraciones religiosas y encuentra su lugar en las plazas populares, los
festejos del pueblo.
Convertido
en instrumentos de pasiones que llevan al pecado, el cuerpo es también
respetado por el ser templo, la morada de Dios. Un cuerpo de Cristo puro y sin
mancha, evidenciado en algunos relatos bíblicos donde se hace alusión al cuerpo
como “un vehículo del espíritu, algo
perfecto, pero también como un vestido abominable del alma.”[2]. Cada religión ge impera su particular
manera de representar el cuerpo, bien sea como “la carne” que incita al pecado,
el vehículo que transporta al espíritu, o como el elemento que hay que
conservar saludable y ornamentado.
En la edad media.
El cuerpo llega a ser
enmarcado entre la represión y la sexualidad, la cuaresma y el carnaval, se habla de un cuerpo en el marco de
festividades rurales… el lugar donde se producen
algunas de las más importantes tensiones de la época en Occidente, del auge del
cristianismo a la persistencia el paganismo, de la risa a las lágrimas, de la
moda en el vestir a las costumbres del comer; del celibato al amor cortés, [3] El hombre es pues, educado en la culpa de pecado original, del castigo
del infierno y la recompensa del cielo, se genera toda un visión del mundo
centrada en el fervor religioso en oposición al disfrute pagano, un disfrute
relacionado por lo general e el Carnaval, en la fiesta callejera, en el
fervor de la plaza pública de la cual es
imposible apartarse, Los principios más sagrados no se toman en serio, las
risas y las parodias estallan por todos los lugares, la burla es constante.
Durante
esta época surgió una danza secreta llamada la danza de la muerte, propiciada
por la prohibición de la iglesia y la aparición de la Peste Negra. Nacida
como danza secreta y extática durante los siglos XI y XII la danza de la muerte
comenzó como respuesta a la
Peste Negra que mató a más de 50 millones de personas en 200
años. Esta danza se extendió desde Alemania a Italia en los siglos XIV y XV y
ha sido descrita como una danza a base de saltos en la que se grita y
convulsiona con furia para arrojar la enfermedad del cuerpo[4]
En el Renacimiento
Con el
renacimiento llega entonces el cuerpo "moderno", un cuerpo en el que
los atributos son imaginados a partir de referencias sagradas, del conflicto
cultural, del cuerpo singular y
autonomía. Un cuerpo venerado a partir del arte, por ser la máxima forma de
expresión del sentimiento de los seres humanos. Se habla entonces de un cuerpo
desnudo, un cuerpo cuya irreverencia se refleja en la literatura de la época,
pero también en grandes obras de pintura, escultura (Ej: David de Miguel Angel, la
Maja Desnuda, La
Venus de Nilo, entre otras)
Por otra
parte, se experimenta otra forma de entender la naturaleza del cuerpo, durante la Ilustración es manipulado,
diseccionado, estudiado por los sabios y científicos quienes en busca de los
secretos de la biología humana, miden la masa, la densidad, el volumen, la
temperatura. Analizan sus movimientos, detallan la anatomía, descubren su
funcionamiento, comparan cuerpos, (el del gimnasta, el del filósofo). Los
descubrimientos aportan a la ciencia y al mismo arte.
Durante el Siglo XX . (Del año 1.901 al 2.000[5]).
Fue justamente en este siglo donde se generan
muchas situaciones, avances tecnológicos, acontecimientos políticos que
demarcaron el rumbo de la humanidad,
desde el desarrollo de dos guerras mundiales, hasta el surgimiento del
Internet, los celulares, entre otros avances comunicativos; pero también
caracterizado por las crisis económicas, las injusticias sociales, el aumento
de la pobreza, la desigualdad social, la inequidad en la distribución de las
riquezas entre los países y muchas otras circunstancias desde todos los ámbitos
de la sociedad.
En este sentido, el cuerpo, es representado
como un cuerpo social, que se mueve en medio de la preocupación de los
gobiernos de fortalecer la salud pública, en programas que estimulen la
prevención de enfermedades sobre todo aquellas producto de una práctica sexual
temprana y sin prevención, los virus difíciles de combatir, un cuerpo que no
respeta su propia naturaleza ni la de que le rodea. Un cuerpo que se representa
en el arte, convirtiéndose, como en todos los momentos históricos, en el
principal testimonio de una época tan controversial por sus contrastes, excesos, avances,
pero también por la misma concepción del cuerpo y su relación con la cultura.
El
cuerpo del hombre y la mujer colombiana, partícipe de una cotidianidad, de
festividades religiosas, de fiestas carnavaleras, donde la representación del
cuerpo está ligada a otras formas de concebir la belleza, la estética, la
espectacularidad, la innovación y el cambio.
Los
jóvenes asumen su cuerpo de muchas
formas, pero en relación con la danza, el bailarín, bailador, interprete bien
puede asumirse como abandera una tradición, donde el vestuario, los movimientos
y la gestualidad hacen parte de su expresividad; o también se escenifica como
miembro de una agrupación, cuyo propósito no es velar por la conservación de una tradición sino
representarse en el marco del impacto visual, el show, la espectacularidad y el
asombro.
En
otros ámbitos distintos al de la danza, también se encuentra el cuerpo que
se asume como figura publicitaria, (jóvenes que por ejemplo utilizan diminutos
ropajes para promocionar desde una marca
de bebida hasta vehículos, muebles o
desinfectantes). Pero también hay quienes
actúan como espectadores, que trabajan, que se divierten, que se
sublevan, que se esconden, que se muestran, o que simplemente, no se ven representados en el carnaval por su
condición religiosa, económica o cultural.
Sin embargo, se generan en el marco de la
cotidianidad, otra reflexión que permite cuestionarse por ejemplo, en qué momento el cuerpo
pasó de ser protagonista en la
comunicación directa con otros, a ser reemplazado por el dialogo impersonal o
virtual dada por el uso del celular y el internet? Podría decirse que están dadas por las mismas
dinámicas de consumo, del mercantilismo y la industrialización de las culturas,
en las que más que actividad física para la salud, se pretende la belleza, una
belleza en términos de un cuerpo estéticamente proporcionado que se ajuste a
los estándares universales de belleza, lo cual tiende a rayar en la
incoherencia y lo descabellado.
Se habla un cuerpo sumido en la necesidad de “parecerse a”, más que “sentirse bien”. No es descabellado lo
ocurrido en algunos círculos sociales donde el regalo obligado para las jóvenes
quinceañeras, es el implante de prótesis en su busto para aumentarlo de tamaño,
lo cual ayuda a que la adolescente se sienta cómoda y aceptada en el marco de
su círculo de amigos. En todas estas reflexiones, el cuerpo evidencia
una transformación, un uso, que hacen
parte de la cotidianidad, de la vida diaria laboral y familiar, pero que
también permean las formas como artística o dancísticamente nos comunicamos.
Lo cierto es que , la danza permite
representarse, posibilita el reconocimiento de la persona que danza consigo
mismo o con el otro que está a su lado, con el que lo observa en un palco, con la cámara de televisión que se aproxima,
lo cual da estatus, posiciona, es una forma de sentirse importante, de obtener
un reconocimiento social.
El que baila refleja un sentimiento, lo hace
acorde a su vivencia particular y colectiva. El cuerpo en la danza se
particulariza en medio del concepto de género, edad, condición social, intereses y vivencias.
La educación corporal y la concepción
de realidad.
De
allí que con el presente ensayo se considere que los estudios y las
conceptualizaciones que existen alrededor de la educación corporal, responden a
las perspectivas o intereses y a la concepción de realidad de quien la toma
como objeto de estudio o conjunto de conocimientos que alimentan una práctica
pedagógica desde diferentes teorías o áreas del saber. Por ello, bien podría
definirse la educación corporal desde la
medicina, la antropología, la filosofía o la pedagogía, pero también
desde el interés, las ideologías, concepción de realidad de quien la enseña, la
reproduce o asume, e incluso del sistema dominante que a nivel educativo o
político rige en una sociedad.
Cada espacio geográfico, posee unas realidades
distintas que develan modos de vida y sobre todo intereses particulares que
determinan su accionar y configuran su
identidad. El hacer y la prospección de las actividades humanas están mediadas
por unos intereses particulares y grupales que finalmente son producto de
acuerdos que en la realidad son permeados por las influencias propias de un
mundo globalizado, he allí, entonces la
necesidad de preguntarse: hasta qué punto la influencia, conlleva a forzar una acción,
es decir una creación artística? Ya que desde la perspectiva del participante
en la interacción un acuerdo o una expresión como la danza, no debería forzarse,
no puede venir impuesto, de una manera instrumentalizada, debería surgir del
sujeto pensante y sensible cuya obra refleja lo vivido y los acontecimientos
propios del momento histórico en el que el artista se sumerge en medio de su
vida cotidiana.
Es
bien sabido, que las políticas que direccionan los procesos educativos en cada
país dependen de las perspectivas y planes de gobierno que se tracen en cada
periodo legislativo, y de los aspectos que se priorizan para poder dar
cumplimiento a indicadores de gestión y desarrollo en cada comunidad. Esto
afecta por lo general la continuidad de los procesos que se implementan de un
periodo de gobierno a otro.
Sea
cual fuere la orilla desde la cual se aborde el estudio de la educación corporal, existe una
coincidencia al otorgarle un carácter centrado en la formación del espíritu creativo, de la
habilidades técnicas, del desarrollo estético, de los hábitos de vida sana, a
través de la actividad física y la práctica corporal de forma regular, para el cuidado de la salud
en las diferentes poblaciones y estados de vida (niños, adultos, tercera edad)
encaminados bien sea a un fin artístico, recreativo, formativo o competitivo. La
educación del cuerpo debe desarrollarse en consonancia con una mente que debe
ser igualmente coherente con los propósitos que converjan en una adecuada
calidad de vida en el contexto de una sociedad cada vez más mecánica y
tecnificada, que limita los espacios naturales de ejercitación físico-corporal.
Parte de las estrategias para construir
nuevos concepciones acerca de la educación corporal, se encuentran en la forma
como se articulan a los procesos de formación, bien sea en los centros de
educación desde preescolar, o en las escuelas especializadas en la formación dancística
y la relevancia que el mismo Estado a través de los lineamientos curriculares y
políticas educativas le otorgue.
Si bien por mucho tiempo, la enseñanza se ha
asociado con el término Pedagogía y esta a su vez se relacionada como Ciencia
de la Educación desde el siglo XIX ha apuntado, a la explicación de los
procesos específicos que se dan entre docentes y estudiantes y a los actos de
comunicación que se generan entre ellos, los cuales están mediados por unas
etapas, pasos y procesos que engloban o se materializan en actos pedagógicos.
Cada época da origen a los fundadores de movimientos pedagógicos, los cuales
están impregnados de una filosofía, una finalidad, unas enseñanzas y unas
dinámicas de relación entre docentes y estudiantes que tienen características
propias al momento histórico que se vive y de las intencionalidades que se
develan en cada política educativa, valdría la pena preguntarse ¿Cuál es la concepción
de realidad que subyace las prácticas formativas de los docentes de la danza?.
Al hacer referencia al
concepto 'realidad' es preciso remitirse a un contexto histórico social y al
mundo del hombre (Marx), donde juega un papel importante en el marco de sus
relaciones sociales, no sólo está el hombre en la realidad y
forma parte de la misma, sino que también es él quien, con sus instrumentos de
conocimiento, pretende conocer dicha realidad circundante y su propia realidad.
En este sentido, resulta inevitable que se plantee el ser o realidad de su propio
conocer. Por consiguiente, la forma como se aborda la misma está presente y permea todas las acciones humanas, las
relaciones entre sujeto y objeto, entre docente y estudiante, o maestro y
bailarín, lo cual ha sido objeto de numerosas reflexiones que van los
imaginarios hasta el idealismo absoluto.
Desde la Escuela Tradicional del siglo
XVII hasta las nuevas tendencias y propuestas pedagógicas tanto el docente como
el estudiantes asumen roles que determinan la naturaleza del movimiento pedagógico
en el cual se inspiran, dentro de este proceso, se vislumbran unos momentos que
se transforman gradualmente y que impactan en el tipo de formación impartida a
los niños al pasar de un ciclo educativo a otro o de una edad a otra.
En
este sentido, surge la Teoría de la Educación, desde la cual se plantea la
importancia de la política educacional del Estado que, en Colombia y en lo
referido al arte, la educación corporal y dancística, reconoce la necesidad de
formar y educar a los estudiantes de manera integral, sin perder de vista la
atención a las diferencias y responsabilidades individuales a través de
conocimiento, la valoración, expresión y desarrollo de la dimensión corporal,
la dimensión lúdica y la enseñanza de la diversidad de prácticas culturales.
Se aborda entonces la educación integral
desde una formación científica, política, con fundamentos ideológicos,
intelectual, con una visión laboral, teniendo en cuenta lo moral, lo estético y
lo físico para llegar a la construcción de un ser humano capaz de aportarle a
la sociedad.
Los lineamientos curriculares en educación artística
en Colombia plantean dentro de sus propósitos un abordaje de la educación del
movimiento y del cultivo y expresión del cuerpo, la experiencia lúdica y
recreativa. Así como una mirada contextualizada de la misma, en los campos de
la lúdica, la salud, la estética, el medio ambiente. Sin
embargo, más allá de los propósitos que le son inherentes, la educación
corporal aborda la comprensión o construcción de unos principios educativos motrices
en los que, el contexto como las relaciones sociales y comunicativas en las que
se desenvuelven los seres humanos hacen parte de las variables susceptibles de
ser estudiadas para llegar a una verdadera comprensión del concepto Cuerpo. Por ello se tienen en cuenta lo planteado por Miguel Vicente
Pedráz (2.006), quien expresa la existencia de dos miradas desde las cuales se explica y define
la naturaleza del movimiento, el cuerpo,
la actividad física, la recreación y el deporte, se trata del abordaje desde una mirada “acrítica” y
de una mirada “critica”, para referirse a las forma como puede abordarse
su estudio y comprensión.
“En
primer lugar los estudios acríticos que en general se ocupan de describir,
interpretar y explicar los fenómenos..(Refiriéndose a las practicas
corporales)… Se trata de una perspectiva
que obedece a un planteamiento epistemológico según el cual el científico
observa y describe la realidad, pero no la transforma… La perspectiva
crítica por su parte, se ocupa de
describir, interpretar y explicar el fenómeno desde una postura menos
inquisitiva y muchas veces contestataria… la cual pretende ir más allá de la
descripción y análisis de la realidad.. busca transformarla [6].
Complementando
esta visión, aparece Jürgen Habermas con su propuesta de la racionalidad
comunicativa, por cuanto es más específico y propone una ruptura epistemológica
desde la escuela de Frankfurt, donde se pone en evidencia que todas las
acciones humanas están mediadas por el lenguaje, el trabajo y la interacción en
el mundo de la vida, los cuales develan unos intereses que iluminan esas
acciones (técnico, practico y
emancipatorio) y que a su vez están relacionados con unas ciencias o
saberes: El saber empírico analítico, el saber histórico
hermenéutico y el saber critico social.
Habermas
no supone legítimo que se reduzca el ser humano a la racionalidad de la técnica
y la tecnología, es decir, la razón instrumentalizadora, por ello se refiere al
saber empírico como aquel que
pronostica a través de la observación controlada (experimentos), el éxito de
los procesos surgidos a partir de dichas observaciones. Aplicando
lo expuesto por la Teoría de la acción
comunicativa, los fenómenos se explican y definen desde el tipo de concepción de realidad o
interés que ilumina las acciones del docente.
Las
acciones formativas educación corporal esta perspectiva, se centra en unas
actuaciones basadas en el control de los fenómenos, la unidireccionalidad, en
la verticalidad de las relaciones con el estudiante (interés técnico), toma el movimiento como lo “enseñable”, el
instrumento que “educa”, donde el estudiante se convierte en un “repetidor” de
las acciones motoras demostradas por el docente “instructor”, sin llegar a un
análisis consciente de la acción y mucho
menos, a ser él mismo quien plantee un
definición a partir de su vivencia, porque todo está escrito, existen manuales,
reglamentos, procedimiento y hasta manual de ejercicios que si bien son justificados
como eficientes ejemplos de cómo hacer las cosas con el menor esfuerzo,
desembocan en una inevitable pérdida de oportunidades de pensar formas
distintas de hacer, reproducir o de
aprender todo lo relacionado con la actividad motora, sea esta de carácter
estético, recreativo, formativo o competitivo.
El
interés técnico, podría develarse en las prácticas formativas de la educación corporal cuando se define como “ese componente de la cultura universal que
sintetiza las categorías, las legitimidades, las instituciones y los bienes
materiales creados para la valoración del ejercicio físico con el fin de
perfeccionar el potencial biológico e implícitamente espiritual del hombre[7]”.
Y en la relación docente estudiante, sobre todo cuando el profesor,
coreógrafo o maestro, se convierte en
una persona calificada para instruir y enseñar ejercicios aeróbicos, y
anaeróbicos que le sirvan al estudiante para practicarlos por el resto de su
vida.[8]
En
este sentido, la reflexión teórica conlleva a una mirada instrumental de la
educación corporal, lo que escasamente contribuiría a un desarrollo de las
estructuras cognitivas de los estudiante que posibilite el análisis, la crítica
o la innovación.
El saber histórico hermenéutico por su
parte no solo describe y explica los fenómenos acontecidos sino que los
interpreta; cuando la educación corporal es abordada desde el
interés práctico, en particular desde el campo de la hermenéutica, su
intencionalidad deja de centrarse en el control, pero privilegia la interpretación,
o como expresa Dilthey, la hermenéutica
se resume a la conjugación de tres palabras: “experiencia, expresión y
comprensión”.
Se
aborda entonces la educación corporal, como un campo desde la cual es posible
llegar a la comprensión del movimiento y a la explicación del mismo en un contexto social y cultural. En la
medida que pueden explicarse los usos del movimiento, su razón de ser en los diferentes ámbitos (estético, competitivo,
recreativo, formativo), así mismo puede educarse, y el movimiento entre otros usos, se
emplea para la formación en valores, la
adquisición de competencias sociales, el
manejo de los impulsos agresivos, y lo cual se da sobre todo en el ámbito
escolar Blázquez (2.010).
Se
encuentran por ejemplo, algunos títulos de trabajos de grado, donde los estudiantes
investigadores asumen las practicas corporales como una estrategia para
comprender una determinada situación conflictiva, estudio devenido de la
experiencia del investigador en el ambiente escolar observando, describiendo e
interpretando, para luego proponer alternativas de solución del hecho
problemico. (“La danza como estrategia
para el mejoramiento de la convivencia en los estudiantes del colegio XX.). Desde
este punto de vista, la hermenéutica en la educación corporal, es un método a
tener en cuenta en la práctica artística, donde la fusión de horizontes instructor
- bailarín, o maestro -interprete , se convierte en la única inteligilidad
posible, o en un consenso único, procedente del dialogo.(Sérgio.2003[9]).
El saber crítico-social,
asume la educación corporal desde su
estatus de “disciplina” cuyo campo de estudio es el movimiento, desde el cual
es posible pensar las acciones motoras,
las capacidades físicas, cognitivas y afectivas de manera integral, en aras de
construir una mejor calidad de vida en todos los contextos, donde el fenómeno pasa
de ser “observable” a ser parte importante en la medida en que se constituye en
el centro de la transformación social, que puede ser superado, innovado, de
acuerdo a las necesidades y conflictos existentes en la comunidad.
El papel
del estudiante tal y como lo entiendo es el de un activo constructor del
conocimiento a través de la interacción con los demás y a través de las
experiencias y oportunidades significativas, a veces compartidas y otras
individuales. Es así como el /ella pueden llegar a descubrir, indagar sobre el
mundo de la educación….. Los/las estudiantes son más que meros receptores pasivos,
son sujetos que contribuyen y coparticipan en la construcción critica del
conocimiento propio y de los demás capaces de tomar decisiones sobre procesos
de adquisición del mismo.[10]
La educación corporal se vale de los aportes
devenidos desde otras ciencias, naturales o humanas, pero desde el enfoque crítico, el profesional de la danza,
asume la educación danzaría, como una
necesidad a desarrollar a nivel individual y también colectivo, para lo
cual parte de pensarse no solo así
mismo, sino las acciones que en conjunto
ayudan a desarrollar y ejercitar en los demás.
Por lo cual no debería asumirse al margen de la propia vivencia como
experiencia previa, (es importante saber investigar para enseñar a investigar,
bailar para enseñar a bailar) y con una dinámica formativa que pueda ir más
allá de la mera imitación para llegar a la reflexión y la innovación.
Hablar
de la educación corporal implica una reflexión alrededor del tipo de bailarín,
interprete o sujeto que se quiere generar, el cual debe estar preparado para
asumir los retos no solo de un mundo globalizado, sino cada vez más competitivo
en el que la creatividad, el ingenio, el liderazgo, la autonomía y la capacidad
de innovar es fundamental para poder desarrollarse profesionalmente.
Los
discurso pedagógicos deben estar íntimamente relacionados con el discurso del
cuerpo por cuanto cada maestro, educador, instructor se convierte en un ejemplo
vivo, cutas practicas pedagógicas y actos pedagógicos vivenciados día a día con
los estudiantes, deben ser repensados, con el propósito de caracterizarlos y
determinar su pertinencia histórica.
La
reflexión va más allá de ¿Qué se
enseña?, sino ¿Cómo se enseña?, y cuáles son esas didácticas empleadas que
propicien una apertura de pensamiento de los estudiantes como una invitación a
construir nuevas formas y cambio de paradigmas. Para poder lograr que un
estudiante desarrolle su pensamiento crítico, es necesario en primera instancia
incrementar sus competencias comunicativas, obviamente el docente debe haberlas desarrollado de manera efectiva,
tanto como llega a desarrollar las competencias relacionadas con la educación
del movimiento, con la danza, con el cuerpo.
Un
bailarín innovador deviene de una dinámica formativa en la que el desarrollo de
su autonomía y la generación de un pensamiento crítico, es lo preponderante. En
este sentido los principios de la pedagogía crítica, se centran en una nueva
manera de leer la realidad, capaz de responder a las problemáticas sociales del
mundo moderno; la pedagogía crítica como una pedagogía respondiente, porque
implica una reacción generada desde una reflexión consciente y responsable. (H.GIROUX 2009)
Para
materializar el desarrollo de una verdadera educación corporal, es
indispensable la creación de un proyecto el que, no solo refleja el camino por
el cual deben transitar todos los actores (docentes) responsables del
direccionamiento académico de cualquier programa de formación, más si
corresponde a la educación superior, sino a los estudiantes quienes desde su
propio acervo vivencial, sus necesidades y preocupaciones contribuyan a generar
un ambiente de sano cuestionamiento permanente y sobre todo de liderazgo y
autonomía en los procesos de formación.
Además
de los componentes relacionados con la educación corporal, existe una
intrínseca relación con la investigación, con la correspondencia entre las
didácticas y el desarrollo de una pedagogía crítica, la cual según Álvaro Sicilia
Camacho[11]
también se basa en una concepción de proyecto desde lo ético y político. Ético
en cuanto que este tipo de pedagogía comparten la aspiración de contribuir a la
construcción de un mundo social más justo. Pero al mismo tiempo un proyecto
político, por cuanto la construcción de este mundo exige necesariamente la
materialización de esa aspiración en participación y en acción, por ello sus
pedagogos deben pasar de un discurso del deber hacer y encontrar caminos de
intervención, con el reto de contribuir
a formar personas capaces de reflexionar en orden a encontrar ellos mismos sus
propias argumentaciones para el dialogo y la acción.
Desarrollar
pensamiento crítico implica generar en los estudiantes, bailarines, interpretes
las capacidades de cuestionar, asimilar, dudar, interpretar, decidir, analizar,
ver las cosas desde ópticas diferentes. Requiere ir mas allá de simples
descripciones y de la relación de una información a partir de lo visto o
vivido, requiere que el estudiante pueda generar contraste, comparaciones,
abstracción o lo que bien relaciona Keating
y Sasse (1996) “implica la transformación
del conocimiento más que la mera aplicación de rutinas conocidas y que lleva la
idea de un pensamiento propositito guiado, es decir, con un fin”, lo que se
complementa con lo expresado por Lipman[12]
(1997): “es un pensamiento que facilita
el juicio porque se basa en criterios. Es auto correctivo y sensible al
contexto”.
En el campo de educación corporal, por la naturaleza
de su origen al circunscribirse en un momento histórico, donde el poder y los sistemas políticos, así como los preceptos de la iglesia católica, la organización militar
y la aparición de las primeras industrias y empresas[13]
permearon la cotidianidad y las actuaciones humanas en sociedad. En esta
dinámica se empiezan a emplear ciertos códigos para denominar las acciones
relacionadas con las disciplinas corporales, (“entrenamiento”, “rigor”, ”dirección”,“control”, “rendimiento”) los
cuales requieren ser resinificados en la actualidad, por las mismas
características de los sistemas educativos y de las nuevas generaciones.
[1] MONICA LINDO DE LAS
SALAS. Licenciada en educación física, Maestría en administración educativa.
Docente de la Universidad del Atlántico. Directora artística de la Corporación
Cultural Barranquilla, Coreógrafa e investigadora cultural. Directora del Grupo
de Investigación CEDINEP.
[2] LE GOFF, JACQUES , y TRUONG, NICOLAS,
Una historia del cuerpo en la edad media. Paidos.2010
[3] LE GOFF, JACQUES , y TRUONG, NICOLAS,
Una historia del cuerpo en la edad media. Paidos.2010.
[4] http://moldes1.tripod.com/tecnica/historia.html
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_XX
[6] PEDRAZ, Miguel Vicente. Arqueología de la Educación Física y Otros
ensayos. Kinesis. 2006. Pag.231
[7] http://www.ecured.cu/index.php/Cultura_F%C3%ADsica
[8] http://www.ecured.cu/index.php/Cultura_F%C3%ADsica
[9] SERGIO, Manuel. Alguna miradas sobre el cuerpo. Universidad del Cauca.
Popayan .2003.
[10] PASCUAL BAÑOS, Carmina. La pedagogía critica en la formación del
profesorado de educación física, sobre todo una pedagogía ética. Revista
interuniversitario sobre el profesorado. Universidad de Zaragoza. 2002. Pag 131
[11] SICILIA CAMACHO, Álvaro. La pedagogía critica: Una cuestión de
política y ética, en La otra Cara de la
enseñanza. La educación física desde una perspectiva crítica. Inde. 2005. Pag.
159.
[12] LIPMAN,
M. (1991), Pensamiento complejo y educación, Madrid: Ediciones de la Torre.
(fragmentos)
[13] GUTIERREZ BETANCOURT, Juan. Fundamentos de administración deportiva.
Kinesis. 2003 pag.14
Teniendo en cuenta los conceptos que a lo largo de la historia se han generado a cerca del cuerpo , nos lleva a pensar en una definición mas profunda , al ¿como? ¿para que? ¿por que? entre otras pregunta , a medida que vamos conociendo nuestro cuerpo como bailarines , lo ideal seria pensar críticamente ante esto ya que trabajamos con el , y nos identifica los movimientos de ese , por lo tanto debemos ser conscientes del valor que tiene a nivel cultural , y ser analíticos para así conocer y mas adelante como educadores o multiplicadores de información, no enseñemos cosas de las que no estamos seguros , si no, enseñar conceptos que sean correctos para multiplicar una informacion genuina , seria un gran aporte a nuestra profesion
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